Afuera llueve ... igual que en mi corazón, y dando vueltas en la cama intento en vano conciliar el sueño, y pienso que hace un año ... días más, días menos, abrí este blog con mi corazón en pedazos y mi alma adolorida, abrí este blog para dejar escapar mi dolor, mis aventuras, mi locura, mis penas y dejar libre todo lo que soy ... y hoy, un año más tarde me encuentro con una nueva parte de mí, una que aún dolida pero más sabia ha comenzado a remendar su corazón ... por ello, esta desvariación de mi noche de insomnio ... los quiere Abril ... xoxo (gracias a quienes han venido a leer estos trozos que quedan de mí)
SOY UNA ESTACIÓN DE TREN
Cuando era niña, mi madre y yo solíamos tener, lo que ella llamaba "pequeñas escapadas" que consistían en tomar un tren o un autobús sin planearlo, escogiendo el destino con los ojos cerrados, simplemente nos subíamos y disfrutábamos el viaje, saboreando los escenarios, conversando, haciendo planes, filosofando ... (debo decir que esto era un secreto, nadie más de la familia lo sabía, así que por favor, sean amables y guárdenme este secretillo) a veces podíamos ir a pueblecitos pintorescos y lejanos, recorríamos el centro, comíamos y regresábamos, otras veces, cuando el dinero no alcanzaba, simplemente tomábamos un autobús a otra parte de la ciudad, pretendiendo ser extranjeras, incluso adoptábamos otro nombre ... explorábamos librerías, museos, mercados, plazas o parques, tomábamos un helado y regresábamos a casa con nuestras pequeñas aventuras robadas a la rutina.
Por supuesto yo amaba esos momentos ... pero había algo más que yo esperaba con ansia, las estaciones de tren o de autobús, algunas modestas y funcionales, otras enormes, complejas y confusas ... pero me gustaba ver a la gente entrando y saliendo, algunos a toda prisa, otros esperando con una mezcla de alegría y angustia, estirándose y caminando de un lado a otro como gatos enjaulados hasta que de repente, un tren llegaba con una nueva tanda de pasajeros y entre aquellos rostros encontraban a algún ser querido, es hermoso ver como las personas se iluminan de tal forma ... tal vez crean que tengo tintes vouyeristas ... y quizá tengan razón, aunque yo lo llamo "complejo de escritor" realmente no puedo evitar imaginar la infinidad de historias que hay detrás de cada rostro, de cada valija, de cada hola y cada adiós ...
Y entonces me puse a pensar que yo soy igual a esas estaciones de trenes, con todo tipo de personas entrando y saliendo de mi vida como si llevara a cuestas una puerta giratoria ... lo lamentable ... ¿lamentable? no, no es la palabra que busco, lo curioso, lo extraño, lo raro, es que mi corazón es el que sufre por no poder ser nada más que una estación de tren, por lapsos la gente entra, se refugia, se acurruca y en un parpadeo simplemente desaparecen.
En ocasiones, me gustaría tener una despedida de película romántica que termina con un largo beso ... pero esos finales sólo ocurren en las películas ... eso lo sé bien porque en mis finales a veces ni siquiera ha habido un adiós, simplemente alguien que se da la vuelta y se aleja en silencio, dejándome un vacío que le da dentelladas a mi alma y me deja llorando por los rincones, bajo la lluvia, llorando hasta que me vence el sueño; me dejan con un adiós en los labios y un par de brazos abiertos que al no recibir lo que esperaban entonces se abrazan del viento.
Y no estoy hablando solamente de amantes ( ¡amantes! suena como si hubiera tenido muchos ... ¿pero acaso un buen amigo o amiga no es una especie de amante también? ¿acaso no duelen igual esas despedidas, esos pleitos, esas traiciones, y el vacío que dejan?)¡ todas las despedidas duelen!
Pero aquí estoy, una estación de tren abierta esperando a los siguientes pasajeros, porque la vida realmente es un viaje, y quizá este es en parte mi propósito, acompañar a alguien en un tramo del viaje, un tramo y nada más ... quizá solo soy un momento, un sueño, apenas un parpadeo o un susurro, quizá solo vivo en la imaginación ... quizá no soy del todo real ...
Sin embargo tengo dos opciones, puedo lamentarme por ello, llorar a más no poder, enojarme con la vida, con los dioses, conmigo misma, o puedo disfrutar este encantamiento ...
Mi corazón es una estación de tren, está abierto esperando ansioso recibir a los siguientes pasajeros, y si se quedan, serán bienvenidos, apreciados, valorados, consentidos ... amados, y si se van (aún si lo hacen a hurtadillas y en silencio) los despediré con una sonrisa sincera, esperando que un día, en un vago recuerdo o tal vez en un sueño piensen en mí y sonrían por haber entrado en esa estación un tanto extraña. Porque al final ¿qué importa si me lastimaron? ¿qué importa si me prometieron la luna y sólo me dejaron una roca en mi alma? ¿qué importa si creí sus palabras de amor o de amistad? ¿qué importa si soy demasiado ingenua? Al final gano yo ... yo siempre gano, porque me quedo con lecciones aprendidas (aunque siempre aprenda lo que está bien de lo que salió mal) porque saber que puedo amar sin máscaras ni restricciones y que siempre puedo ver el lado bueno y brillante de las personas es, creo yo, una de las más grandes bendiciones ... así que SOY UNA ESTACIÓN DE TREN abierta para que entren o salgan de mi vida con toda libertad, y quien sabe, tal vez, algún día ponga en una valija todos mis recuerdos, todas mis lecciones aprendidas, mis sonrisas, mis lágrimas y los trozos de mi corazón y me suba a un tren que me lleve a casa, donde ya no tendré que decir adiós nunca más.
los dejo con esta canción que describe a la perfección quien soy :) hasta la próxima estación,
Abril